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United Bodegas of America (UBA)
Nace cuando un grupo de comerciantes identificaron que no existía una organización que defendiera la seguridad, que luche y vele por los intereses de los bodegueros, de esos pequeños comerciantes de cada barrio, en cada comunidad.
Su consolidación fue en 2018, donde esta asociación que ya la forman un grupo de pequeños empresarios comprometidos con progresar y generar un cambio positivo para la industria, establecen a United Bodegas of America (UBA) como una entidad de carácter social de hombres y mujeres que trabajan duro por más de 15 horas diarias detrás de un “counter”.
Historia de las Bodegas
En Nueva York, las primeras bodegas de los años 20 vendían comida casera a los trabajadores puertorriqueños de las fábricas, y después de la Segunda Guerra Mundial, a medida que la comunidad puertorriqueña crecía, las bodegas se convirtieron en algo habitual, según Carlos Sanabria, autor del libro The Bodega: Una piedra angular de los barrios boricuas en ese entonces.
Pero la conveniencia de tener una tienda de comestibles al alcance de la mano de su apartamento atrajo cada vez más a los neoyorquinos a lo largo de los años. Los Delis, las tiendas de comestibles coreanas y las bodegas, los términos, son bastante intercambiables, independientemente del barrio en el que se encuentre cuentan ahora con más de 13.000 establecimientos solo en la ciudad de Nueva York, muchos de los cuales siguen siendo propiedad de minoristas dominicanos.
La palabra proviene del español “la bodega” y, hace años, se refería principalmente a las que se encontraban en los barrios de habla hispana de la ciudad, donde las tiendas surgían en las esquinas de los barrios residenciales, en contraposición a los comercios más establecidos a lo largo de las grandes avenidas.
El recuento oficial de la ciudad no revela cuántas bodegas hay realmente en Nueva York. Los registros públicos son incompletos y no están actualizados. Además, muchas bodegas no operan con sus nombres registrados y carecen de presencia en Internet, lo que contribuye a su autenticidad, pero plantea un problema de recuento por parte del gobierno. Son instituciones culturalmente vitales y una parte importante de lo que define el carácter de un barrio. Se han convertido en sinónimo de Nueva York.
Pero las bodegas no son inmunes a las fuerzas del mercado que han golpeado al pequeño comercio neoyorquino. El aumento de los alquileres comerciales, las grandes superficies comerciales en la planta baja y los cambios de zonificación han tenido un gran impacto en los pequeños negocios, cerrando más de mil cada mes y dejando un exceso de escaparates vacíos.
El aspecto de las bodegas también está cambiando, con programas de incentivos de organismos municipales y organizaciones sin ánimo de lucro que animan a los propietarios de las tiendas a deshacerse de sus actuales fachadas de batiburrillo para sustituirlas por brillantes fachadas acristaladas de estilo corporativo.
El Departamento de Salud e Higiene Mental define una bodega como una tienda pequeña (menos de 4.000 pies cuadrados) con no más de dos cajas registradoras que vende principalmente alimentos, no se especializa en ningún artículo (panadería, etc.) y ofrece leche, huevos o carne.